Pisando tierra
Antonio Sempere
No debe ser fácil pisar tierra cuando se tiene tanto. Alejandro Sanz posee mucho más de lo que cualquiera de nosotros puede soñar. No sólo todo el dinero del mundo, sino también toda la capacidad de seducción para sentirse querido, admirado y deseado, ahí es nada.
Y sin embargo, viéndole y oyéndole no parece que haya perdido el norte. Es más, diríase que es muy de la tierra y muy de su tierra. Que sabe disfrutar de los pequeños detalles de la vida, y que sabe dónde están esas cosas importantes que mueven la existencia.
La televisión es chivata. Mucho más delatora que la radio, que también lo es, pero que admite trampa. Y en esa televisión chivata la imagen que mostró Alejandro Sanz no pudo salir mejor parada. Se le vieron los costurones cuando aludió a cuestiones relacionadas con la familia. Cuando mentó a la madre. Ay, esa madre que le hace pisar tierra. Esa madre que mandaba callar a todo un estadio de fútbol porque estaba cantando su niño. Ay, esa madre que no podía ir a verle a un teatro porque era como si su niño fuera a saltar a un ruedo delante de un morlaco.
Y cuando aludió a su heredero. Cuando se le escuchó decir que tener un hijo cambia la vida, que es lo único que hace variar la forma de verlo todo. Y decir todo eso y muchas cosas más sin variar un ápice ese sabroso acento granadino de hace varias décadas. Sin imposturas ni bobadas. Sintiendo la carne de gallina cuando Ana Pastor le ponía las imágenes de los niños que sufren la hambruna. ¿Qué Alejandro también tendrá sus defectos? Como todos. Pero sin duda que es una de esas personas talentosas con luz que merecen estar donde están.
Y sin embargo, viéndole y oyéndole no parece que haya perdido el norte. Es más, diríase que es muy de la tierra y muy de su tierra. Que sabe disfrutar de los pequeños detalles de la vida, y que sabe dónde están esas cosas importantes que mueven la existencia.
La televisión es chivata. Mucho más delatora que la radio, que también lo es, pero que admite trampa. Y en esa televisión chivata la imagen que mostró Alejandro Sanz no pudo salir mejor parada. Se le vieron los costurones cuando aludió a cuestiones relacionadas con la familia. Cuando mentó a la madre. Ay, esa madre que le hace pisar tierra. Esa madre que mandaba callar a todo un estadio de fútbol porque estaba cantando su niño. Ay, esa madre que no podía ir a verle a un teatro porque era como si su niño fuera a saltar a un ruedo delante de un morlaco.
Y cuando aludió a su heredero. Cuando se le escuchó decir que tener un hijo cambia la vida, que es lo único que hace variar la forma de verlo todo. Y decir todo eso y muchas cosas más sin variar un ápice ese sabroso acento granadino de hace varias décadas. Sin imposturas ni bobadas. Sintiendo la carne de gallina cuando Ana Pastor le ponía las imágenes de los niños que sufren la hambruna. ¿Qué Alejandro también tendrá sus defectos? Como todos. Pero sin duda que es una de esas personas talentosas con luz que merecen estar donde están.
Agora a pressa é amiga da perfeição. Chegou Windows 7. Conheça.
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